WALDERBLOG - "El desvío de lo real"

jueves, julio 12, 2007

La fiebre del oro mueve montañas

La semana previa a la conferencia sobre calentamiento global que realizó en Santiago el ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore, un patrocinador de última hora estuvo a punto de caldear el seminario y conducirlo a quien sabe qué polémica. Barrick Gold, el principal inversionista en el proyecto minero Pascua Lama, que prevé su emplazamiento en un área de Los Andes en la frontera argentina y chilena, apareció como uno de los auspiciadores de la versión chilena de este tour mundial. La advertencia a los medios de diversas organizaciones medioambientales alertó a los productores del seminario, que quitaron a tiempo el mecenazgo ecológico de Barrick Recursos no le faltan: es el primer productor de oro del mundo, y el 2006 tuvo ventas por más de mil millones de dólares.

El aporte financiero de la canadiense Barrick al seminario sobre calentamiento global no sólo habría jugado en contra de la iniciativa planetaria de Gore, sino que era una confusa, y ciertamente temeraria, y aun descarada, estrategia publicitaria. Uno de los recursos hídricos naturales más golpeados por el proceso de calentamiento global son los glaciares, los que bien se sabe se han evaporado durante los últimos cincuenta años a un ritmo vertiginoso para el sereno tiempo geológico. Pero Barrick se propuso ir más rápido: en su proyecto minero proyectó eliminar para la extracción de oro el glaciar Pascua Lama. Lo que no ha conseguido aún el cambio climático, las retroexcavadoras planeaban hacerlo en unos pocos meses. La remoción de toneladas de hielo para las cuencas hídricas eran tan dañinas, que una campaña ecológica internacional logró que la autoridad medioambiental chilena exigiera a la compañía canadiense aplicar otro tipo de tecnología para la extracción del oro y mantuviera el glaciar intacto.

Chile es y ha sido históricamente un país minero. Su economía se apoyó en los siglos XIX y comienzos del XX en el salitre y en la actualidad en el cobre y otros minerales:“La viga maestra de la economía” denominó al mineral en los años 60 el ex presidente Eduardo Frei Montalva, y en los 70 Salvador Allende lo calificó como “el sueldo de Chile”; ambos mandatarios iniciaron entonces un proceso de nacionalización de los yacimientos mineros, los que dieron vida a la empresa estatal Codelco, hoy la mayor fuente de recursos fiscales.

Hoy en día, aproximadamente el 63 por ciento de las exportaciones chilenas corresponden a productos mineros, con ventas por unos 37 mil millones de dólares. Una actividad que constituye sin duda la piedra angular de su economía, con el 17 por ciento del PIB nacional, la que ha sido también apuntalada de manera especial por diferentes leyes y normativas que han buscado atraer inversionistas privados a este sector. Todo un éxito: entre 1974 y 2006 un tercio de toda la inversión extranjera realizada en Chile se ha canalizado hacia la minería. Prácticamente todas las grandes compañías mineras del mundo –BHP Billiton, Phelps Dodge, Anglo American, Falconbridge, y, claro está, Barrick, entre las principales - tienen su asentamiento en el norte chileno.

La legislación que causó la mayor polémica durante más de diez años, concebida a modo de imán para inversionistas extranjeros, fue la exención tributaria que gozaron las grandes compañías privadas del cobre, las que durante las últimas décadas prácticamente no pagaron un centavo al fisco. En la actualidad, y tras un largo debate parlamentario, un sistema de royalty –bastante etéreo según sus detractores- se aplica al sector desde el gobierno pasado de Ricardo Lagos.

La mayoría de los emplazamientos mineros están en las regiones del norte de Chile. Pascua Lama está ubicada en la Región de Atacama, en el valle de Huasco, zona fértil, de clima templado y cielos nítidos, que alberga a numerosos agricultores que cultivan olivos y uva para producir pisco. El anuncio de Barrick de explotar el yacimiento de oro, proyecto que suma unos 1.500 millones de dólares, aun cuando podría elevarse a 2.500 millones si se aplica la tecnología que preserva el glaciar, ha puesto desde hace años en alerta a gran parte de los agricultores, que presumen, con estudios en la mano, efectos nocivos en las cuencas hídricas. El intenso consumo de agua para la producción aurífera impediría en un mediano plazo el desarrollo de la agricultura.

Luis Faure, concejal demócrata cristiano de Alto del Carmen, localidad en el valle del Huasco, es uno de los dirigentes en la lucha de los habitantes de la zona contra Pascua Lama, aunque este caso, sacudido internacionalmente, ha pasado a ser también la causa emblemática del movimiento ecologista chileno, apoyado a su vez por el argentino. El concejal y hoy activista medioambiental ha explicado que como referencia está el valle de Copiapó, en la misma región, en el que el agua se está agotando como consecuencia de la actividad minera. Huasco podría seguir la misma suerte, aun sin la remoción del glaciar: los diversos trabajos mineros, que intervienen los glaciares indirectamente, los han reducido en un 70 por ciento de su volumen y podrían adelgazarse mucho más por la trasferencia de calor, trabajos con explosivos y levantamiento de tierra de las obras.

Pascua Lama, que en el lado argentino ya ha comenzado las faenas, ha estado detenida por dos factores en Chile. Uno ha sido la evaluación ambiental, que en la actualidad está aprobada con la condición de preservar el glaciar. El segundo obstáculo para la compañía canadiense ha sido un embrollo legal, que ha hecho aparecer a otros propietarios –supuestamente los verdaderos dueños, aun cuando éste es un asunto propio de los tribunales- del yacimiento. Un asunto que finalmente para Barrick, que ya ha hablado de 2.500 millones de dólares, es de costos. Unos cientos millones, un poco más, un poco menos.

El proyecto, de miles de millones, ya ha despertado en la zona y en el país aquellas pasiones, ilusiones, esos sueños de delirio y codicia. La fiebre del oro de Huasco no ha atraído, como en otras épocas y lugares, a millares de soñadores y hambrientos buscavidas. Sí, a ejecutivos, lobbystas y picapleitos que deambulan por la zona y el país en el intento de atrapar esta quimera del oro.

El metal ya levanta pasiones, ambiciones y también oscuras acciones. Ofertas y regalos, promesas y recompensas abundan por el valle. Cualquier esfuerzo de hoy, bien se sabe, mutará en oro mañana. Y para ello basta echar un vistazo a las cotizaciones mundiales del metal: hace cinco años bordeaba los 300 dólares la onza; durante mayo roza los 700 dólares. Con estos precios, cualquier proyecto aurífero tiene las características de una nueva fiebre del oro.

El proyecto está en su fase terminal. A Barrick tan solo le falta obtener las últimas autorizaciones y aclarar los enredos legales. A los habitantes y agricultores de Huasco, seguir luchando a través de movilizaciones, que son “las únicas que pueden decidir las cosas. Las batallas legales no llevan a nada, el poder de Barrick es enorme y las leyes están hechas para que los proyectos de las transnacionales resulten”, ha sentenciado el concejal. En fin, casi nada.