El reevalúo, catastro técnico de nuestra injusticia
Leo La Tercera y la información me sorprende viniendo de quien viene. El tabloide dice que los barrios que más reclamos tienen por el reevalúo de viviendas son las Avenidas Kennedy, Las Condes y La Dehesa, las calles Alonso de Córdova, Las Nieves, Gran Vía y Vía Blanca (en Lo Curro) y el sector de El Arrayán. Una información anexa al gran titular que informa sobre el rechazo de la ministra Veloso a revisar la nueva ley. Visito más tarde El Mercurio on-line y, lo mismo: el gobierno se mantiene firme. Concederá, como la misma ley prevé, que cada particular reclame si estima que su contribución no es justa. La campaña de la oligarquía a través de sus medios ha sufrido un revés.
El gobierno de Bachelet no lleva una semana y se ha enfrentado a las primeras reacciones de los poderes fácticos, molestos por una ley aprobada por sus propios representantes en el Parlamento, que aparentemente no evaluaron todos sus efectos. Una ley de impuesto progresivo y de inspiración progresista instalada por el anterior gobierno que, de cierta forma, podría marcar también el sello del actual: quienes más tienen han de pagar más impuestos. Una ley que apuntaría a suavizar la escandalosa distribución de los ingresos.
El Mercurio, como correa de transmisión de los poderes ocultos, ha levantado todo tipo de argumentos para crear una polémica entre los que en este país tienen voz. Ha repetido que pensionados de Las Condes y Vitacura, que cobran una jubilación de 75 mil pesos, pagarán una alta contribución. Tal vez suceda en algún caso, pero son libres de cambiarse de barrio. Si tengo un Mercedes y no puedo pagar el permiso de circulación lo vendo y me compro otro coche. ¿Por qué no con la vivienda? digo, me pregunto.
Más de un sesenta por ciento de los contribuyentes, que son pobres, quedarán exentos de pago con el reevalúo. ¿Es esto justo? Creo que sí. En tanto un bajo porcentaje, los más pudientes, pagarán más de la mitad del total de la recaudación fiscal. ¿Es también justo? Creo que también lo es.
La nueva ley revela no sólo la abusiva distribución del ingreso en Chile, sino también la clasista segmentación territorial. Hay barrios con infraestructura propia de países altamente desarrollados y otros, bien sabemos, del Tercer y Cuarto Mundo. El reevalúo solo es un catastro técnico de tal injusticia.
El mercado y las matemáticas han de hacer lo suyo.