Una pomposa y encuestada despedida
El presidente saliente se despide de los empresarios, en casa de éstos, y recibe elogios que debieran hacernos, a lo menos, sonrojar. Hernán Sommerville, que le había dicho el año pasado que sus empresarios lo amaban, ésta vez dice que Ricardo Lagos ha sido el presidente que mejor “ha vendido” a Chile en el exterior. No se trata de un lapsus linguae, sino que expresa nuestro espíritu empresarial, bien gestionado, sabemos, por los gobernantes, inspirado en la apertura comercial, en la inserción internacional, en lo que conocemos como globalización económica.
El actual presidente, que se va con un apoyo ciudadano del 70 por ciento, dicen las encuestas, aun cuando ha hecho un gesto más o menos similar con la CUT, no se ha despedido con el mismo ímpetu de quienes, aparentemente, son la base de este voluminoso apoyo. Ricardo Lagos valora más estas encuestas que el comportamiento de los pobladores, como ha quedado demostrado la semana pasada con el desesperado electricista que le aguó una inauguración, o con un grupo de mujeres deudoras habitacionales. En ambas circunstancias, Lagos prefiere escuchar los condescendientes sondeos al malestar que surge de la base social.