WALDERBLOG - "El desvío de lo real"

sábado, octubre 29, 2005

La tierra (y el agua) divididas: nuestra mala historia


Estos problemas territoriales entre naciones tercermundistas, que contienen millones de pobres, me silencian. Pero creo necesario expresar algo, aunque sea desde la más completa ignorancia jurídica. No formo parte ni de las elites ni de las familias que han marcado la historia ni de Chile ni de Perú. Soy un personaje cualquiera de la calle, desposeido de aquellas tierras y mares, huérfano de estas estas materias.
La mala historia entre Chile y Perú aparece como un trauma, en el más puro concepto freudiano. Aparece como una cosa oculta, una enfermedad latente, que cada cierto tiempo aflora al presente, a nuestra conciencia, como una bestia deforme. El trauma nos duele, nos limita, pero lo veneramos como si fuera un ente de caractísticas divinas.

No es la primera vez que leemos encendidos titulares sobre disputas territoriales. Nuestras identidades culturales parecen estar en la tierra, en kilómetros o metros cuadrados. Los estados chileno y peruano se disputan la propiedad de un trozo de mar, como si allí estuvieran las conciencias nacionales. Lo hacen mientras entregan, por otro lado, los recursos naturales y a sus ciudadanos a la explotación de las transnacionales.

La disputa de hoy parece surgir de un cambio en la jurisdicción nacional peruana. Los países se amparan en las jurisdicciones nacionales cuando les conviene -recordemos a Eduardo Frei y la detención de Pinochet en Londres- pero la tendencia, no sólo en asuntos de crímenes de lesa humanidad, es hacia un mayor poder de la jurisdicción internacional. Están, por cierto, las normativas de comercio internacional o el tribunal penal internacional. En este caso, me imagino -habrá que consultarlo- la misma OEA.
Siglo XXI, globalización, comercio internacional, tribunales internacionales, tratados de libre comercio y tratados amplios de cooperación. Y, en el caso que nos convoca, un tratados de libre comercio en ciernes. ¿Cómo se conjuga todo este proceso de integración con la disputa marítima? La verdad es que es difícil comprenderlo. Hay algo no resuelto en las telarañas de la historia de nuestros países. Como un trauma: o lo resolvemos, no sin dolor y esfuerzo, o aprendemos a malvivir con él.

martes, octubre 25, 2005

El Mal habla de su mismo mal


Hablamos de desigualdad social en Chile. Habla la clase política, hasta algunos empresarios, habla de la injusticia la elite. Se rasgan las vestiduras por la extrema concentración del poder. Se habla del mal desde el mismo mal. La gente, la sociedad civil, sólo padece la injusticia y observa el debate. Los cambios vienen desde arriba y es eso lo sospechoso. Se dice que hoy preocupa la desigualdad porque han subido los niveles de delincuencia, porque la desigualdad es un caldo de cultivo de conflictos sociales. En otras palabras, el mismo mercado corrige al mercado. Es necesaria más equidad para el buen funcionamiento del libre mercado, como dijo Lagos el martes en Estrasburgo. No es necesaria la equidad por justicia social, por una mínima ética, porque forma parte de un ideario social o político. Lo es porque ayuda en los negocios.

Estas argumentaciones llegan a pasmar. Ya no importa si se trata de un oscuro cinismo o de un pragmatismo a toda prueba. Lo más inquietante es que las propuestas de equidad provengan desde las elites, que concentran todo el poder económico y político de este pequeño país. Ellos han pasado a un estado de virtual deidad, y son capaces de decidir cuando dar y cuando quitar. La gente, el país, y es esto lo más lamentable, sólo observa, así como lo ha hecho en otros tristes períodos con reyes y emperadores.

viernes, octubre 21, 2005

24 Horas y diez minutos de náuseas


No veo televisión hace muchos años, tal vez cinco, tal vez diez. Sólo la veo de reojo, como a un objeto incómodo, o a veces también la miro como a un objeto peligroso. Estas ocasiones son los informativos, los que no consigo nunca terminar.

Este viernes 21 de octubre ha sido una de esas escasas ocasiones. Han sido diez minutos de terror. No por ser una galería de monstruosidades, sino por la exhibición de la miseria humana, la que está no delante de las cámaras, sino tras ellas. Una muestra de prejuicios y discriminación que debiera ser colocada en algún tribunal de derechos humanos. No sabemos si esta televisión –veía TVN, que es la televisión pública de Chile- está elaborada por mentes perversas o estúpidas. Pero temo que sea un híbrido entre ambas, que es la debilidad humana, que en ocasiones límite ha sido el caldo de cultivo del fascismo. Estos reporteros, que hoy condenan a diestra y siniestra, que van a la cola de los pacos, si viniera el caso por unas lucas más, tal vez por unos minutos más de cámara, podrían delatar a su vecino.

La colección del viernes en 24 Horas ha sido la siguiente. Iniciamos con las cámaras tras el trasero de los pacos en un asalto con un botín de un millón de pesos destinado al pago de los trabajadores de una empresa –tal vez eran 40 trabajadores, lo que hubiera sido más noticioso- ; seguimos con un “HOMOSEXUAL”, así bien subrayado por el reportero, que hacía cirugías estéticas clandestinas y continuaba con un bote de cal dejado por el pacto Juntos Podemos –no la Concertación ni la UDI, nótese- que fue a parar a las manos de unos niños con la mala suerte que uno de ellos quedó ciego. Diez minutos, y pausa para la teleserie chilena de las 21 horas.

Salí a comprar una cerveza.

Sólo un comentario. La televisión le ha dado con todo al médico ecuatoriano, bien subrayada su nacionalidad, que dejó con muerte cerebral a una paciente de su precaria clínica de cirugía estética. Ahora tenemos a un homosexual, también muy subrayado, que hace algo parecido. ¡Qué sucederá cuando aparezca un médico de la clínica Las Condes metido en uno de estos líos. Alguien diría que no, eso no sucede. Diríamos que no sucede en la corrupta televisión.

El modelo chileno se cae a pedazos


Había escrito ayer sobre los efectos del debate presidencial por la CNN y la televisión chilena. En algún momento -y esto lo ha pensado mucha gente que piensa- pensé yo también que lo más relevante era la puesta de los problemas sociales y económicos de nuestro país en la agenda pública. Dije que el país modelo para Latinoamérica, el faro neoliberal, había trasparentado su tercermundismo. El escaparate de cartón piedra se había venido abajo.

Es posible que así sea. Porque es más sano ser tercermundista que un arribista desclasado de las categorías planetarias. Había una canción, creo de los años ochenta, que nos recomendaba darnos una vuelta por Pudahuel y La Bandera cada vez que los humos se nos suben a la cabeza. No sé cómo los gobernantes y políticos, que tanto visitan barrios pobres, siguen creyendo en el salto al desarrollo. Claro que después de cortar la cinta del consultorio ante decenas de ancianos indigentes se suben al coche oficial que los conduce por la autopista concesionada. De ahí a la oficina climatizada para más tarde instalarse en el 4x4 que los llevará al barrio alto otra vez por la autopista pagada. De tanto mirar hacia delante, no logran ver nada de lo que han dejado atrás..

Toda la clase política ahora reniega del modelo famoso éste. De la noche a la mañana en Chile parece que no hay neoliberales. ¿Qué les ha pasado? ¿Es posible creer en esta repentina conversión ante las cámaras de televisión? Es claro que es una gran farsa electoral: no cortarán la rama en la que están sentados, digo parafraseando a Franz Hinkelhammer, pese que él usa esta imagen en otro sentido.

Por la boca muere el pez, reza el tan sabio refrán. Lo que han hecho estos candidatos, en su afán de llegar a La Moneda, es haber sino colocado oficialmente la lápida al modelo neoliberal, por lo menos amplificar su desprestigio. Han recogido una extensa e intensa percepción ciudadana que repugna del modelo económico y han certificado esta repulsión. Si ahora el discurso público no es elogiar la economía chilena sino criticar sus tremendas injusticias, será difícil echar marcha atrás.

lunes, octubre 17, 2005

Lo que oculta la belleza

Blue marbel, a better look to our living planet, es el título que le ha puesto la NASA a las nuevas imágenes de la Tierra, compuestas por millares de fotografías a una resolución de un kilómetro cuadrado por píxel. El resultado no es solo sorprendente; es inquietante: a mayor realidad mayor irrealidad, o realidad virtual. No sabemos dónde terminan nuestros sentidos y dónde comienza otro tipo de percepción electrónica.

La imagen es una bola dura, brillante, espantosamente perfecta y artificial. Más parece una simulación que una fotografía, lo que nos pone en los límites, tal vez imprecisos, de lo que es nuestra capacidad de visión. La NASA nos muestra la realidad tal cual es: una realidad nueva que ha superado la noción que teníamos por realidad entregada por nuestra percepción. Jean Baudrillard, que es un posmoderno o un hipermoderno, en su ensayo de 1990 La Transparencia del Mal afirma que hemos llegado a un estado de tal realidad, que solo puede ser una simulación electrónica, informática. Es también la pérdida de la ilusión: lo más visible que lo visible, que nos lleva a un estado tal vez no humano. ¿Qué obtenemos con esta visión, más nítida, de mejor resolución que nuestros (supuestos) ojos? Digo supuestos ojos, porque no he estado aún en órbita planetaria.

La Tierra desde el espacio parece un planeta modelo, una perfección infinitamente bella que flota por el universo. Pero me inquieta por su idealizada falsedad, como aquellas mujeres hermosísimas, de cuerpos que se sumergen en nuestro inconsciente individual y colectivo, en nuestras profundas vetas antropológicas: nada sabemos de su ser aunque intuimos -¿por qué aquella necesidad de belleza?- un rasgo de maldad.

La perfecta bola azul, de maqueta, muestra en cada píxel un kilómetro cuadrado, que vemos como un matiz que brilla y extiende su vanidad hacia el universo. Y vuelvo a pensar en aquellas modelos, pero también en aquello que no logra salir en la fotografía de alta resolución. El exceso de realidad y de belleza aumenta también el misterio, que en nuestro caso es algo siniestro (en su sentido freudiano). Una inquietante extrañeza, que oculta tanta miseria y dolor.

viernes, octubre 14, 2005

Privatización de lo nuestro


Leía una nota de prensa sobre una peculiar censura en democracia. Sacaron de exhibición un spot de una ONG sobre la muerte de cisnes en Valdivia, que, como todo el mundo sabe, fue efecto de los vertidos tóxicos de la empresa Celulosa Arauco, del grupo Angelini, el que, también casi todo el mundo sabe, financia a partidos políticos. El spot se exhibía en una pantalla gigante en el céntrico Paseo Ahumada de Santiago.

Es esto lo que he leído en la prensa. El resto es parte de mi imaginación, interpretación, pero escasa paranoia. Ningún contrato se rompe de la noche a la mañana sin dar argumentaciones verosímiles: la empresa dueña de la pantalla dijo algo así que la ONG los había engañado con los contenidos, que no correspondían a su línea editorial ($$$).


No hubo un decreto ni bando, ni tampoco fueron unos funcionarios de La Moneda a cortar las transmisiones, tengo entendido. Las cosas se hicieron como hoy en día se ejecutan: bajo cuerdas, bajo la presión del poder del dinero.

Hasta ahí, más o menos, los hechos.

A partir de aquí mis descargos.

La ciudad, el espacio público, es hoy un coto cerrado, un recinto privado controlado por el poder político y el del dinero (que a veces es lo mismo). Cualquier intervención en el espacio público, a partir de ahora, deberá ser solicitada a sus dueños: los propietarios de los medios de comunicación, las vallas publicitarias, pero también los muros y las mismas calles. En Chile ningún grupo puede manifestarse con libertad con una materia que le resulte incómoda al poder. Una actividad que en otros países es tan natural –cuántas ONGs expresan la miseria del Tercer Mundo en los barrios financieros de una ciudad europea- pero en Chile, Tercer Mundo, pese al acomodaticio poder, es sinónimo de subversión.

La censura del spot, que corría en principio por las vías más institucionales, es un grito de la autoridad a la rebelión expresiva. Si no hay canales legales en las calles, bienvenidos sean los graffitis, manchas y rayados.

miércoles, octubre 12, 2005

In- trascendencia


A veces, parece que no ha habido tiempo
Como si fuéramos inmortales
Como si hubiésemos estado en el mismo lugar
Estáticos, inmanentes
In-trascendentes
Sólo aquí
Bajo un sol, que puede también ser lluvia
O niebla, una brisa fría
Inmóviles y eternos
A la vera de la historia

A veces, el tiempo no nos ha pertenecido
Podemos ver surgir las edificaciones
La pátina de los años en sus muros
Ver mudarse los objetos
Tras la misma mirada

Ese tiempo, nunca nos ha pertenecido

viernes, octubre 07, 2005

La invención de la pólvora


Ricardo Lagos parece haber descubierto la pólvora: que TVN manipula la información. Hace un par de semanas se enteró que El Mercurio era un club –una tribu, dijo- que servía sólo a sus intereses. Lagos, ¿o nos toma el pelo o vive en Marte? Cualquier chileno más o menos informado y enterado de lo que pasa por estas latitudes sabe que estos medios inventan su propia realidad. Ver TVN u otro canal, leer El Mercurio o La Tercera es entrar en un terreno de ficción… política, cultural, ideológica: un territorio tercermundista elevado a la categoría de paraíso no reconocido.

En julio escribí –no es bueno citarse a sí mismo, pero las circunstancias obligan- que la televisión pública, TVN, “ ha pasado a ser la televisión popular, concepto, por cierto muy noble, que más se acerca al marketing que a la política –que hoy parecen ser lo mismo- o a la sociología. El acercamiento lo ha venido haciendo en el entretenimiento, desde las teleseries, series y los espacios de conversación con figuras del espectáculo, pero también lo hace el periodismo de reportajes e investigación, que ha ingresado en un terreno híbrido que fusiona la ficción dramatizada con la información. El siguiente paso, un poco más atrás y hasta muy poco tiempo aún vacilante, está destinado a los informativos. Aquel género espurio comienza a penetrar lo que otrora era el espacio para la información dura”.


“El informativo central de TVN, 24 Horas, ha devenido en un espacio que en la prensa escrita nacional halla sus referentes en La Cuarta o en Las Ultimas Noticias. Un espacio informativo audiovisual que se transparenta a sí mismo en su necesidad de adaptar su programación, aunque ésta sea informativa, a los intereses o la falta de intereses de la audiencia”.

“Pese a tener a dos de los periodistas más competentes de la televisión como conductores, la modificación en los contenidos y en el formato de estos contenidos ha sido demasiado evidente desde el cambio de editor jefe, hace unos pocos meses. El resultado, o el elaborado producto, es un continuo de casos policiales, dramas personales, algo de información institucional, y cosas raras, como enfermedades exóticas o historias de fantasmas. Entre tan exuberante material aparecen, en constreñidos y fugaces bloques, noticias supuestamente irrelevantes para TVN, como reformas constitucionales.. Que nadie diga que TVN no cubre la información política”.

Lagos parece que no veía televisión –estaba muy ocupado- antes de la campaña electoral. Su nuevo arrebato contra TVN y el resto de los canales es tan inútil como su pataleta ante (su amigo) Agustín Edwards.

martes, octubre 04, 2005

¡¡¡¡BUENOS-DIAS-CHIIILEEEEE!!!!,

Oigo, tal vez escucho, los matinales de la TV, que también se miran con algo de espanto, de sorpresa, y siempre de reojo. “No puede ser”, pienso cuando oigo con la estridencia que tiene un despertador ¡¡¡¡BUENOS-DIAS-CHIIILEEEEE!!!!, enunciado que me anuncia el nuevo día, una jornada de tercermundismo urbano, de delincuencia juvenil o de la sexualidad televisiva. Lo oigo, sin querer oírlo, en un bus que avanza raudo por la Ruta 5 hacia San Fernando.


El matinal es el promedio, la estadística básica, es espectáculo cotidiano, pero es también modelo y norma. Es la dictadura de esta chilenidad, de nuestra precariedad mediatizada.